Equipo de Psicología Clínica en Madrid

El centro de salud mental privado menteAmente cuenta con el mayor equipo de psicólogos clínicos en Madrid. A cada uno de los profesionales que integra nuestro equipo le avala una dilatada experiencia en el campo de la salud mental con la más exigente cualificación: el título de especialista en Psicología Clínica. Todos los psicólogos clínicos de nuestro centro cuentan, además, con estudios de postgrado en distintas corrientes de psicoterapia, y muchos participan o han participado como docentes universitarios o formadores de otros psicólogos.

Al equipo de psicólogos clínicos le acompaña también un extenso equipo de psiquiatras en Madrid, con los que trabajan en estrecha coordinación en aquellos casos que lo precisen. El centro también cuenta con una neuropsicóloga.

 

Qué hace un psicólogo

La psicología es una disciplina muy interesante que estudia la conducta y los procesos mentales del ser humano en relación con sus circunstancias. Hay que distinguir entre psicología básica y psicología aplicada.

La psicología básica incluye ramas como la psicología del desarrollo y la psicología del aprendizaje, que recogen aspectos teóricos y de investigación.

La psicología aplicada incluye aspectos más prácticos como, por ejemplo:

  • Psicología clínica.

  • Psicología educativa.

  • Psicología social.

  • Psicología forense.

  • Psicología del deporte.

Por tanto, un graduado o licenciado en Psicología puede dedicarse a la investigación, a la educación, al mundo del deporte o a la práctica clínica. Para poder dedicarse a la práctica clínica (atender pacientes) debe, además de terminar la carrera universitaria de Psicología, obtener posteriormente otra titulación habilitante.

Los psicólogos se suelen confundir con los psiquiatras por ser ambos profesionales sanitarios dedicados a la Salud Mental. La Psicología y la Psiquiatría son especialidades diferentes con itinerarios académicos distintos. La principal diferencia ente un psicólogo y un psiquiatra es que los psiquiatras son médicos que pueden prescribir medicación. Los psicólogos no son médicos, pero tienen un profundo conocimiento de la naturaleza humana y las relaciones interpersonales. Psicólogos y psiquiatras nos complementamos en nuestro trabajo.

 

Tipos de psicólogos

A grandes rasgos, los psicólogos se pueden clasificar en base a:

  • edad del paciente que tratan (niños, adolescentes, adultos).

  • patología.

  • tipo de terapia (individual, pareja, familiar, grupal).

  • orientación psicoterapéutica.

  • modalidad de la consulta: presencial vs. online.

  • formación (psicólogo clínico vs. psicólogo sanitario).

 

Psicólogo infantojuvenil vs. Psicólogo de adultos

El abordaje de un adolescente -y especialmente de un niño- es bien distinto al abordaje de un adulto. En el caso de los niños, ya que estos no han desarrollado todavía el lenguaje ni el pensamiento abstracto plenamente, los psicólogos infantiles se sirven de herramientas como el juego o el dibujo para poder comunicarse con el menor, y permitir que se exprese en su propio lenguaje. Esto se conoce como técnicas proyectivas.

Los adolescentes, en función de su madurez, podrán ser tratados en algunos casos por un psicólogo infantojuvenil o por los mismos psicólogos privados que los adultos.

En menteAmente contamos con un equipo diferenciado de atención a la infancia y adolescencia, y otro equipo de atención a adultos, tanto de psicólogos como de psiquiatras. De esta manera, podemos dar respuesta a las necesidades de cada paciente de manera individualizada y especializada.

 

Especialidad por patología

Lo más importante en terapia es la persona, no su diagnóstico. Los psicólogos tratan personas y no solo trastornos o diagnósticos. Sin embargo, a la hora de formarse académicamente lo hacen en áreas específicas de conocimiento. Muchas veces, estas áreas de conocimiento son patologías concretas. Por este motivo, decimos que un psicólogo es especialista en adicciones, otro en trastornos de la conducta alimentaria y otro en trastornos de personalidad, por ejemplo.

Lo habitual es que los psicólogos clínicos tengan experiencia en distintas patologías, contextos, abordajes y, sobre todo, con un gran número de personas distintas. Esta diversidad nutre la experiencia de los psicólogos privados, enriquece su trabajo y promueve la mentalidad abierta.

 

Tipo de terapia y orientación psicoterapéutica

Otra forma de clasificar a los psicólogos es en función del tipo de terapia que realizan: terapia individual, de pareja, familiar o grupal. Cada una de las terapias va dirigida a un problema concreto y utiliza un enfoque distinto. Lo más frecuente es la psicoterapia individual.

Otro criterio de clasificación de los tipos de psicólogos es en base al marco teórico u orientación psicoterapéutica. Existen más de 500 corrientes de psicoterapia descritas que, en realidad, se pueden reagrupar en unas pocas orientaciones principales. Lo cierto es que entre sí tienen más similitudes que diferencias, y todas pueden ser igual de válidas y efectivas. La mayoría de los terapeutas elegimos entre una y tres orientaciones en las que especializarnos para poderlas aplicar de forma personalizada en cada paciente:

Por último, los psicólogos se pueden dividir entre psicólogos clínicos y psicólogos sanitarios, en función de su formación.

 

Modalidad presencial vs. online

Clásicamente, las consultas de psicología han sido siempre presenciales y el contacto humano es un factor que se ha valorado mucho. En los últimos años, tanto por el desarrollo de dispositivos y aplicaciones tecnológicas de comunicación como por la incidencia de la pandemia, la terapia psicológica online ha ganado muchos adeptos.

La facilidad con la que se puede establecer una videollamada y la comodidad de poder tener la sesión desde casa o desde la oficina ha hecho que la consulta online sea elegida por muchas personas. A pesar de estos avances en la comunicación digital, muchos de nuestros pacientes siguen prefiriendo la consulta presencial. En menteAmente somos muy flexibles y nos adaptamos a la modalidad más conveniente para el paciente, incluida la modalidad híbrida (sesiones online intercaladas con sesiones presenciales).

 

Psicólogo clínico vs. Psicólogo sanitario

El grado o licenciatura de Psicología no es suficiente para poder atender pacientes en un ámbito clínico-sanitario: el Ministerio de Sanidad exige una titulación adicional a los licenciados o graduados en Psicología. Un psicólogo está habilitado para tratar pacientes mediante estas dos vías distintas:

  • Psicólogo General Sanitario: mención que se obtiene tras superar un máster de dos años como Psicólogo General Sanitario.

  • Psicólogo especialista en Psicología Clínica: titulación otorgada al Psicólogo Interno Residente (PIR) tras su formación en un hospital público durante cuatro años. Para ello, ha obtenido previamente una plaza en el examen-oposición de las pruebas selectivas de Formación Sanitaria Especializada de entre las aproximadamente 200 convocadas anualmente por el Ministerio de Sanidad para toda España.

En mente A mente entendemos la formación PIR como un sello de calidad en cuanto a la formación y experiencia de un psicólogo clínico, tanto en la teoría como en la práctica. Existen, pues, diferencias entre un Psicólogo Clínico y un Psicólogo General Sanitario: el Psicólogo Sanitario tiene el nivel de generalista, mientras que el Psicólogo Clínico tiene un nivel de especialista sanitario. Las competencias de ambos están reguladas por ley.

 

Cómo ayuda un psicólogo

La consulta de psicoterapia ha de ser un lugar seguro y de confianza para el paciente. Mediante el diálogo y la comunicación fluida, con cada consulta, paciente y psicólogo desarrollan un vínculo terapéutico que permite al paciente sentirse escuchado y, sobre todo, acompañado y aliviado.

La consulta del psicólogo es un lugar seguro y de confianza.

Entre otros, un buen trabajo de psicoterapia se logra cuando el psicólogo:

  • escucha de forma activa y empática.

  • no emite juicios ni opiniones.

  • ayuda al paciente a expresarse y compartir su mundo interno (emociones, conflictos, preocupaciones, traumas…).

  • propone técnicas para reducir el malestar del paciente (relajación, meditación, actividad física, hobbies…).

  • sopesa junto con el paciente los pros y contras de las posibles decisiones que el paciente considera adoptar.

  • ayuda al paciente a darle un nuevo significado a los hechos que rodean su vida.

Junto con la colaboración activa del paciente, son muchos los beneficios que aporta un psicólogo privado en una consulta de psicoterapia. Desde las primeras sesiones, el paciente empieza a sentir una conexión consigo mismo y con su propio sufrimiento. A lo largo de la terapia, el psicólogo va guiando y ayudando al paciente a generar una narrativa alternativa a la inicial, más introspectiva, coherente, integradora y compasiva. Esta nueva perspectiva e interpretación de la realidad que rodea al paciente, también se podría traducir en cambios o adopción de nuevos hábitos o actitudes. Gracias a la psicoterapia, el malestar se atenúa y los síntomas mejoran gradualmente hasta alcanzar los objetivos marcados al inicio de la terapia.

 

Fases de la terapia con un psicólogo

La terapia con un psicólogo se va a extender a lo largo de varias sesiones de aproximadamente 45-50 minutos de duración. La psicoterapia se puede dividir en tres fases principales:

  • Fase de evaluación. En esta primera fase que suele ocupar unas tres sesiones se evalúa la biografía general y la situación actual del paciente. También se analiza el motivo de consulta y la demanda del paciente. Al finalizar esta evaluación, se establecen unos objetivos que habitualmente se explicitan al paciente en los que llamamos contrato terapéutico. Los objetivos van asociados a unas técnicas que se van a emplear a lo largo de la siguiente fase.

  • Fase de tratamiento propiamente dicho. Esta es la fase más larga porque incluye todo el proceso de trabajo activo con el paciente, donde se establecen los cambios. Es complicado establecer el número de sesiones de esta fase, pues va a depender de los objetivos acordados y de la evolución del paciente. En algunos casos, se hace una aproximación del número de sesiones o meses de tratamiento, tras lo cuales, si no se han alcanzado, se reevaluarán los objetivos. Después de esta reevaluación, se decidirá si continúa con la terapia y en qué términos. Podría alargarse para terminar de cumplir los objetivos pendientes o podrían reestablecerse nuevos objetivos o sustituirlos por otros más ajustados al presente.

  • Fase de terminación del tratamiento. Esta fase final incluye la despedida entre el terapeuta y el paciente. Algunos pacientes necesitarán que esta fase sea un poco más larga para afianzar los logros obtenidos hasta el momento o ponerlos a prueba en distintos contextos.

    La fase final de despedida es muy emotiva porque el terapeuta recapitula todo el proceso terapéutico y el paciente es capaz de ver el camino que ha sido capaz de recorrer. La puerta del psicólogo quedará siempre abierta para el paciente: si reaparecen los síntomas o para consultar alguna otra dificultad.

 

Cuándo acudir a un psicólogo

Son muchas las situaciones en las que una persona puede experimentar los beneficios de acudir a un psicólogo. El número de personas que piensa en buscar ayuda psicológica es superior al que realmente termina acudiendo a consulta. Esto puede deberse a la resolución del conflicto que motivó pensar en consultar, pero también puede deberse a la falta de conocimiento de lo que un psicólogo puede hacer por ayudarte. Otras personas llegan a pensar que su situación o problema no tiene solución, o que no van a poder solucionarlo solo hablando. Incluso los problemas que pensamos irresolubles, pueden llegar a verse desde perspectivas alternativas que generen menos sufrimiento. Este objetivo, por sí mismo, podría hacer que mereciera la pena la ayuda profesional.

Puede ser cierto que los pacientes con síntomas más graves se beneficien primeramente de un tratamiento farmacológico prescrito por un psiquiatra. Cuando se atenúe la gravedad de los síntomas, se podrán abordar otros objetivos desde una perspectiva psicoterapéutica. Esta situación evidencia la importancia de la coordinación y trabajo en equipo entre psicólogos y psiquiatras. De cualquier modo, el psicólogo clínico puede orientarte en las distintas alternativas de tratamiento que existen, y asesorarte sobre la que pueda ser más conveniente en tu caso.

Los objetivos de la terapia se establecen individualmente en función de las necesidades de cada paciente.

Estos son algunos de los motivos más frecuentes para ir al psicólogo:

  • sentimientos de soledad o tristeza.

  • pérdida del interés por las personas o el ocio.

  • dificultades para concentrarse o rendir en el estudio o en el trabajo.

  • insomnio o ansiedad persistentes.

  • traumas o duelos.

  • fobias o miedos

  • miedo a hablar en público.

  • sentirse más irritable con los demás.

  • trastornos mentales: TOC, trastorno bipolar, TDAH, psicosis o adicciones

  • búsqueda de crecimiento personal.

  • por recomendación de un médico de cabecera, familiar, pareja o profesor.

  • cualquier situación o problema que quieras consultar con un profesional.

 

Cómo elegir psicólogo

Quien da el paso de pedir ayuda y buscar un psicólogo, quiere encontrar un buen terapeuta, empático y competente profesionalmente. Por suerte, la psicología es una profesión muy vocacional, en donde es muy habitual encontrar profesionales que muestran gran interés y dedicación por sus pacientes.

Parar elegir a un buen psicólogo debemos fijarnos en su formación y experiencia. Sin embargo, existen otros factores que, para poder valorarlos, es necesario conocer personalmente al profesional: al fin y al cabo, una psicoterapia es una relación entre dos personas. Para poder trabajar conjuntamente tiene que haber una buena conexión, y el paciente ha de sentir que se encuentra en un espacio seguro y de confianza.

En cuanto a la formación, lo más importante es fijarse si tiene la especialidad en Psicología Clínica, preferiblemente vía PIR. Otra forma de saber si un psicólogo es bueno es revisando los cursos de formación que ha realizado. Los mejores cursos son aquellos impartidos por universidades de prestigio y que tienen el nivel de máster, experto o especialista. En estos cursos, la asistencia es obligatoria y el alumno es evaluado fehacientemente por sus conocimientos.

Algunos psicólogos son docentes universitarios o en distintos cursos de formación, lo cual avala su conocimiento y profesionalidad.

En cuanto a la experiencia, es muy importante valorar los centros en los que ha trabajado y la responsabilidad que ha asumido. Los años de experiencia son igualmente importantes, así como el prestigio de los centros y el número de pacientes tratados.

Experiencia y formación definen a un buen psicólogo.
 

Tarifas de la consulta de psicología

En menteAmente las tarifas de las consultas de psicología han sido justamente establecidos en base a la experiencia y formación de sus profesionales.

Puedes consultar aquí nuestras tarifas de psicología en Madrid.

 

Terapeuta en Madrid

Si buscas ayuda psicológica en Madrid, encuentra a nuestro equipo de terapeutas psicólogos clínicos en el distrito de Retiro, en el centro de Madrid.